Aplicación de la danzaterapia como herramienta para la salud mental y física

Ceci Esencia/ marzo 17, 2021/ Blog/ 0 comentarios

Introducción
La Danza es una práctica de tipo holístico que puede ser definida como actividad sensomotriz de carácter rítmico, que implica factores físicos, psíquicos y sociales (Merom et al., 2013). Desde el ámbito físico, la Danza contribuye a elevar los niveles de actividad física de nuestros jóvenes (O’Neill, Pate, & Beets, 2012; O’Neill, Pate, & Hooker, 2011; O’Neill, Pate, & Liese, 2011), así como también a la mejora de su condición física y de factores cardiovasculares saludables (Oliveira et al., 2010). Sin embargo, comparada con el deporte, la danza recibe una menor promoción como actividad física saludable (Fensham, 2005), a pesar de ser considerada como una de las señas de identidad de la cultura contemporánea, especialmente entre nuestros jóvenes (Fensham, 2005). Numerosos estudios han comprobado que la práctica de actividad física de forma regular es una herramienta de mejora de la salud psicológica y física (Blair et al., 1989; Tremblay et al., 2007). Además, un estilo de vida que incluya actividad física continuada está asociado a numerosos beneficios saludables incluyendo la reducción del riesgo de enfermedad cardíaca coronaria, diabetes tipo 2, obesidad, cáncer, artritis, disfunción sexual, depresión, ansiedad, trastornos del estado de ánimo, y deterioro cognitivo (Pate RR, O’Neill JR, & Lobelo F, 2008; Penedo & Dahn, 2005). Por ello, la Danza como actividad física podría estar asociada a los beneficios para la salud antes mencionados. Sin embargo, la danza está enfocada no únicamente a la mera ejecución física, sino que busca también que los participantes escuchen su cuerpo, se muevan utilizando sus sensaciones, sus vivencias, sus impulsos internos, sus recuerdos (Adler, 2002). Se pretende así estimular sensorialmente al individuo, a que este contacte con la parte consciente e inconsciente de su personalidad (A.D.T., 2013).

Por ello, el objetivo de este artículo es realizar una revisión sistemática sobre la literatura científica publicada sobre la Danza y salud mental, para conocer su alcance real sobre este ámbito de la salud.
Metodología
La revisión fue realizada entre febrero y mayo de 2013 incluyendo aquellas bases de datos que creímos que contendrían la mayor producción científica sobre danza y salud: MEDLINE, APAPsycNet, SPORTDISCUS, y Google Academic. El proceso seguido fue el siguiente: 1) Búsqueda en las bases de datos en función de los términos de búsqueda escogidos. 2) Selección de los artículos siguiendo los criterios de inclusión/exclusion. 3) Lectura y clasificación de los artículos recopilados.

Resultados
En una primera fase la búsqueda inicial produjo un total de 1.262 posibles artículos. La mayor parte de estos artículos fueron desechados ya que trataban otros ámbitos de la salud ajenos a la salud mental. De estos posibles artículos, y siguiendo los criterios de inclusión mencionados en el apartado de metodología, fueron seleccionados un total de 15 artículos. (Tabla 1) Los estudios que superaron los criterios de inclusión hallaron que a través de un programa de intervención en danza los sujetos mejoraban los niveles de diferentes indicadores de salud mental tales como: estados de ánimo (depresión, niveles de energía, stress, ansiedad, angustia, preocupación), relaciones sociales y con los padres, autoestima, emociones negativas, bienestar, salud autopercibida, confianza en sí mismo, autoimágen corporal y calidad de vida. Las muestras de población utilizadas en los diferentes estudios fueron: niños, adolescentes (sanos, obesos y con problemas psicológicos: depresión, stress, y alteraciones psicosomáticas), adultos (sanos y con problemas psicológicos: depresión, ansiedad, etc), ancianos (sanos y enfermos: demencia, parkinson). Todos los artículos incluidos en esta revisión se basan en programas de intervención con una duración que oscila entre las 4 semanas y los 8 meses. Con respecto a los instrumentos de medición utilizados casi la totalidad de los estudios utilizaron métodos de autoinformación (cuestionarios). Excepto el estudio realizado por Palo-Bengtsson et al. (PaloBengtsson & Ekman, 2002) que fue llevado a cabo a través de filmaciones para su posterior análisis en grupos de discusión

Discusión
En el presente artículo se ha llevado a cabo una revisión sistemática sobre la literatura científica publicada sobre la Danza y salud mental, para conocer su alcance real como actividad beneficiosa sobre este ámbito de la salud. Los diferentes estudios incluidos en esta revisión hallaron que a través de un programa de intervención en danza los sujetos mejoraban los niveles de diferentes indicadores de salud mental tales como: estados de ánimo (depresión, niveles de energía, stress, ansiedad, angustia, preocupación), relaciones sociales y con los padres, autoestima, emociones negativas, bienestar, salud autopercibida, confianza en sí mismo, autoimágen corporal y calidad de vida. En todos los estudios revisados se utilizaron programas de intervención con una duración que oscilo entre las cuatro semanas y los ocho meses, lo que dificulta nuestro trabajo a la hora de aunar criterios o extraer conclusiones. En estos programas de intervención se utilizaron diferentes estilos de Danza (Tabla 1), siendo la Danza terapéutica el más usado. La Asociación Americana de Danza Terapéutica define esta como el uso terapéutico de la danza y el movimiento, a través de un proceso creativo, que favorece el desarrollo integral de los aspectos físicos, emocionales, cognitivos y sociales del individuo (ADT, 2013). Algunos autores también se refieren a este tipo de Danza como Danza Creativa o Danza Improvisación (Guerber, Leray, & Mancouvert, 2000; Padilla & Zurdo, 2009). Entre los restantes estilos de Danza utilizados en esta revisión, hay uno que nos ha llamado la atención por la utilización de los video juegos de danza como instrumento de intervención (Studenski et al., 2010). El uso de video juegos es una actividad recreativa en auge entre nuestros jóvenes (Tremblay et al., 2011). A este respecto y debido al uso indiscriminado de los mismos, surge la preocupación por los efectos perjudiciales para la salud que ello conlleva, ya que suelen ir asociados a hábitos de vida sedentarios (Tremblay et al., 2011). Sin embargo, en el caso de los video-juegos activos como es el ejemplo de los video-juegos de danza, Erwin et al. (Erwin, Koufoudakis, & Beighle, 2013) encontraron que tienen suficiente intensidad como actividad física. Asimismo Geo et al. (Gao et al., 2013) en un estudio realizado con 268 niños latinos obtuvieron mejoras en la condición física y el rendimiento de la asignatura de matemáticas después de un programa de intervención en danza a través de video juegos (DDR: dance dance revolution). En el caso de la presente revisión el estudio fue realizado con ancianos obteniendo mejoras en la autopercepción de la calidad de vida (Studenski et al., 2010). Por tanto, a parte de la línea abierta ya por la danzaterapia, creemos que se inicia aquí otro campo de estudio interesante y novedoso, para conocer el alcance real que los video juegos de danza pueden tener sobre la salud en general, y específicamente en la salud mental. Especialmente entre los jóvenes que son los mayores usuarios de este instrumento.

Conclusión
Aún a pesar de las limitaciones de los estudios presentados en esta revisión. Creemos que se abre una posibilidad para la consideración de la Danza, como estrategia de intervención válida para la mejora de la salud mental. No obstante, se trata de un área poco explorada que necesita un mayor número de estudios.

¿Podemos mejorar nuestra salud mental a través de la Danza?: una revisión sistemática Can we improve mental health dancing?: A systematic review Carmen Padilla Moledo, Javier Coterón López* *Universidad de Cádiz. **Universidad Politécnica de Madrid

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